07 octubre 2005

Lo decidí anoche


No sé que pensamientos poblaron mi cabeza o si fué la alegría de formar parte de una aventura que espero una vez iniciada no se detenga, lo cierto es que acercándome a casa, llegó hasta mí el recuerdo de sus versos y, casi inmediatamente, la decisión sin lugar a pensarlo de... liberarlos.

Y sí, liberaré Mis Mejores Poemas, que son míos pero son de él, y lo hago porque los quiero, porque forman parte de mi identidad chicheña, porque me acompañaron en muchas jornadas y porque admiro, profundamente, la obra de su autor, el Dr. Oscar Vargas del Carpio.

Mis Mejores Poemas es eso la recopilación de los mejores poemas del Dr. Oscar Vargas del Carpio que, quiero compartir a partir del 23 de octubre con Bolivia y, ojalá, con el mundo.

Cómo no compartir los versos de aquella inolvidable Paciencia, bandera de la poesía que cuestiona la resignación y nos recuerda que: "Paciencia tuvo Cristo y lo mataron".

Cómo guardarme aquellos versos que, aunque nos causaban risa, al final nos dejaba con una sensación de ternura en el alma y un mensaje para la vida, como en "La Imilla" y "El Llocjkalla" que ahora dejo aquí para que los conozcan, les gusten (espero) y, salgan a buscarlos el próximo domingo 23 en la gran fiesta de la libertad que auspicia Libro Libre Bolivia.

IMILLA (al estilo chicheño...)

Yo te díje, imilla:

-¡No salgáis de noche, la oscurana es mala pa’ las almas mozas!

...Y vos te sonreías, te hacías la burla pensando, seguro: “Esta vieja zonza vive en otros tiempos, ahura ya las mozas sabemos cuidarnos...”

¡Velay tu cuidao, imilla de mierda, me has apareciu con el vientre hinchao!...

Y ... ¿quién tuvo la culpa?... ¿esta vieja zonza que te lo decía?: ¡No salgáis de noche, la oscurana es mala pa’ las almas mozas!...

Y ¿dónde jué la cosa?... Seguro en el pasto, dentro los choclares; te abrazó, diciendo: “¡dejate ... dejate..!” Y vos, imilla zonza, ¡claro! ... te dejaste.

Velay las resultas: Quince años votaos sobre los rastrojos y un hijo llegando sin ser invitao...

...¡Si tengo una rabia!... ¡Si te agarraría de esas simbas negras y te revolcara... ¡imilla de mierda!...

Que me lo perdone el finao, tu padre, y este hijo que viene sin saber de dónde.

¡No llore mi imilla, mi nieta querida!... ¡total! ...a aguantarse ¿qué tiene de malo?... ¿Es que no son hijos los que hace la noche sobre los sembraos?...

¡No llore mi imilla!... el finao, su padre, también fue sembrao sobre los choclares después de un “ajtapi” de hace muchos años...

Tendremos un hijo que también, ¡que diablo!, son hijos aquellos que engendra la noche sobre los sembraos...

LLOCKALLA

Por el raído alero del rancho más viejo atisba inquietante nuestra resolana, se ha estancao la tarde detrás los maizales y hasta el calor mismo se duerme la siesta.

Todos no, porque el "Abuelo", que dizquen ya no tiene sueño, le está endilgando al Cipriano, el último de sus nietos, un Sermón de la Montaña, más largo que Semana Santa...

-Si serás imbecil, llockalla de mierda, venir con el cuento de que la Inesita tiene en la barriga un hijo "achacado" que dice que es tuyo... ¡Si serás burro!... ¿Acaso no sabes que la fulanita tiene otros "huaironckos" bajándole el ala desde hace buen rato?...

¿Y de andi aseguras que sóis el primero, que están achacando un hijo cualquiera a mi nieto, el hombre más sonso del pueblo?...

Y el viejo detiene su paso cansino y vuelve la mirada hacia el jovenzuelo, sentado en el suelo, la cabeza gacha...

-Ahura que si juera de verdad la cosa, que ese hijo es el tuyo y te sientes padre, entonces, m´hijo nada de vuelteos, a portarse macho ¡que diablos! mi nieto, a asumir las costas de sus trapizondas, casarla a Inesita, traerla contigo y esperar al hijo que viene, seguro...

Ahura que pa´eso, hay que trabajar el doble, nada de domingos, de amigos, de "tunas" junto a las imillas del pueblo vecino, que para tres bocas... ¡hay que darle duro! Es que los antojos se pagan muy caros, y somos el pueblo, hechura de machos que nunca rehuyen esos compromisos como los señoritingos del pueblo vecino que llaman "hombría" el sembrar un hijo y olvidarse de él por toda la vida.

Quien siembra, cosecha, si usté ha sembrao pues a cosecharlo, "llockalla" querido, que un hijo es un hijo... ¡por ande se mire!...

Oscar Vargas del Carpio.- Alto exponente de la intelectualidad chicheña, poeta y escritor. Nació en Tupiza el 18 de enero de 1926.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero encontrarme con el Llokalla!

Anónimo dijo...

Mirenla, mirenla, mirenla bien a mi imillita...

Anónimo dijo...

querido abuelo, esos poemas son lindos y etoy muy orgullosa de ti!
-tu nieta meli

Anónimo dijo...

el mejor de nuestros escritores y poetas sin duda alguna

Huguito

Unknown dijo...

Caramba, Estimado Oscar, me regalaste un libro de poesias cuanto tenía 11 años, como puedo comunicarme con vos?
atte.
Víctor

Unknown dijo...

La imilla un hermoso poema lo aprendi hace 15 años atras....gracias.